Comenzamos esta nueva sección ESPECIAL CORONAVIRUS, en la que esperamos hacerte llegar como viven las empresarias asturianas el confinamiento y como esperan salir de él, cuando llegue el momento.
Estamos pasando por una situación insólita, desconocida hasta ahora y que, a toda probabilidad, hará cambiar los paradigmas con los que hemos estado funcionando.
Seguramente una de las palabras que más se está escuchando estos días a nivel empresarial es “reinventarse”. Esto, algunos lo cogen con escepticismo, otros con pereza, pero los más lo empiezan a aceptar como irremediable. Lo cierto es que, nos guste o no, nunca ha tenido tanto sentido como ahora reestructurar nuestros negocios de forma que nada pueda detenerlos caso de una situación como la que nos está tocando vivir.
A día de hoy son muchos los avances que estamos encontrándonos en cuanto a tecnología. La era digital se abre camino de forma contundente y rápida. Las industrias y empresas de todos los tamaños y sectores, están entrando en una realidad global que las hace visualizarse más allá de su ciudad, más allá de su país, más allá, incluso, de su propio continente. Pretender negar esta realidad sería de necios. Ya nadie cuestiona esto. En este sentido, por muy pequeña que sea nuestra empresa, llegaremos tan alto como posicionados estemos en las nuevas tecnologías.
El coronavirus nos está dejando tanto a nivel personal como empresarial, una reflexión profunda personal y sincera.
Si valoramos a nuestros seres queridos y allegados, nos será mucho más fácil empatizar con nuestros conciudadanos, y ello nos llevará a respetar al ser humano en su conjunto. Si esto lo entendemos así, solo quedará un paso muy pequeño para actuar de forma honesta con el planeta, porque es el único que tenemos, el que nos nutre y acoge. Es, en realidad, nuestro único hogar.
Han bastado unos cuantos días de confinamiento de los seres humanos en las sociedades más adelantadas, para que el planeta comience a respirar de nuevo. Antes que ninguna otra realidad deberíamos tomar conciencia de esto.
Pero mejor dejemos hablar a nuestras invitadas. Ellas nos exponen sus puntos de vista y nos acercan a sus propias inquietudes y reflexiones.